“Aprendemos la paciencia cuando esperamos el tiempo de las cosas que no es el de la ansiedad. La ansiedad es la falta de esta confianza mayor en la que descanso, mientras sé que lo que tenga que ocurrir, ocurrirá. No es dejar de hacer, es actuar sin obsesionarse por el resultado, sin la presión de nuestro imponernos sobre las cosas.
Actuar sin ansiedad, desde un corazón puro, es nuestra entrega sagrada. Es la apertura del corazón que se da confiado a lo que es.”
(fragmento de “De la mente al corazón“, de Miguel Lagos)
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